El I-Ching no ofrece respuestas específicas a las preguntas; sino más bien análisis detallados de los hechos sobre los que se hacen las preguntas, dependiendo de la situación en el momento de plantearlas. Es una expresión adivinatoria de un sistema filosófico. El I-Ching ha influido profundamente en el budismo chino y en las dos grandes religiones que China ha dado al mundo: la fe taoísta mágica y mística, y las austeras enseñanzas de Confucio, quien llegó a decir que si pudiera disponer de otros cincuenta años, los dedicaría por entero al estudio del I-Ching.
La filosofía china de la teoría de la polaridad de la dualidad que subyace en todas las grandes religiones orientales propone un principio activo y dinámico, el "Yang", y otro principio pasivo y contemplativo, el "Yin". Los dos opuestos se complementan y ambos son manifestaciones del eterno e infinito Tai Chi.
LOS 64 HEXAGRAMAS: la tabla del I-Ching.
El I Ching es a la vez un libro puramente sapiencial, y un libro de práctica adivinatoria u oracular. Como sapiencial es una fuente de sabiduría de la vida. Como oráculo es la herramienta para hallar la armonía, una brújula infalible para la orientación correcta. Las permutaciones del Yin y el Yang se representan en el I-Ching mediante la

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