Dos monjes zen bajaron al río a lavar sus tazones después de comer. Mientras lavaba el tazón, uno de ellos vió un escorpión ahogándose y lo sacó del agua. El escorpión le picó en la mano.
No había terminado de limpiar el tazón cuando vió que el escorpión se había caído otra vez al agua. Cuando su mano hizo ademán de rescatarlo, su compañero le preguntó:
- ¿Por qué te molestas en ayudarlo si sabes que te volverá a picar?
- La naturaleza del escorpión es picar. La mía es salvarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario